jueves, marzo 09, 2006

De "Los gemidos"





Pablo de Rokha



Hombres de los ojos quemados y las oscuras carnes carbonizadas, carbonizadas, vuestro corazón es grande grande grande como las tragedias, -las llamas eternas lo encienden-,y vuestra pasiones atrabiliarias, contradictorias, inusitadas, muerden, braman, crujen, braman, muerden, aúllan lomismo que serpientes o tigres preñadas o mares idiotas u hombres siniestros; y sin embargo, sin embargo sois íntegros
espíritu, espíritu que arde, espíritu que gime, espíritu al cual resta de la tierra, al cual resta de la tierra la apariciencia de la apariencia y las formas exíguas.

En Oda a los solitarios

...una vez había un hombre, un hombre como todos los hombres, mejor quizá. Cuando vino al mundo llovió tres, cuatro, cinco , seis días. En su casa tenía unos cuantos libros, en un rincón, en un rincón unos cuantos papeles. Su traje amargo y su facha, su facha, su facha le dieron una notoriedad, una notoriedad provinciana en el barrio. Y, vuando pasaba, los vecinos decían: pobre!, es un tío, es un tío!..Solía estarse sentado tardes enteras, años enteros, tardes enteras. Era un poco triste, sombrío a veces, muy sombrío a veces, era un poco triste, un poco simple, modesto también. Algunos días hablaba, otros días no, otros días no. Sus parientes, compadecidos, sonreían, él sonreía, sonreía, sonreía y, sin embargo, pasaba inadvertido, inadvertido, completamente inadvertido. (-Esqueleto: te duelen las heridas?..las palabras?..las ideas?..te duelen las apariencias del entendimiento?..)

En Yo

De Los Gemidos. Lom ediciones. Santiago de Chile, 1era edición 1922, 2nda 1994: 249, 323

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