martes, enero 19, 2010

El cielo

En el horizonte, el amanecer. Sobrevolé el país y no la vi. Tuve fe: debajo de toda esa neblina grisácea estaba la ciudad. Recordé las palabras de Libertad camino al aeropuerto. Partí de Puerto Rico un día lluvioso. Me dijo, fíjate en el cielo, Londres te recibirá exactamente igual. Así fue. Sólo que me esperaba una sorpresa. Las islas que se hacen bellas bajo el cielo azul son especialmente bellas bajo el cielo azul, aunque en aguaceros nos arrulle. Sin embargo, no esperaba ser recibida por una ciudad tan bien complementada por el arcoiris de matices grises que la copa. A pesar de que todos me habían hablado de su belleza, de que amigas y amigos cercanos la habitaron y había visto fotos, escuchado múltiples crónicas, la belleza superó las expectativas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

palabréame